«Día mundial de la Ética». Tribuna del Dr. Fernández-Crehuet en Diario Sur de Málaga

Diario Sur, 19 de septiembre de 2016

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Elegir un día para poner en valor la importancia de la ética médica, me parece una excelente idea. Los actos médicos tienen dos dimensiones que conviene identificar con el máximo rigor y precisión: el aspecto técnico-científico y la vertiente ética o moral. Para ser un profesional excelente, nuestras intervenciones sanitarias deben ser evaluadas en estos dos sentidos. La perfección técnica se valora a través de unos estándares de calidad fundamentados en un riguroso análisis científico; sin embargo, la perfección ética es siempre un asunto extra científico, ya que la bondad o maldad de cualquier acción viene definida por aspectos inmateriales, axiológicos, que escapan a la metodología experimental del ámbito de la ciencia. Lo que resulta evidente es que el progreso científico no tiene por qué menoscabar la vertiente ética de la práctica sanitaria.

Una premisa fundamental para entender la importancia de estos hechos es aceptar que en las relaciones humanas no existen actos éticamente neutros. La práctica sanitaria es una actividad hecha por personas y para personas y siempre tiene una dimensión ética, por tanto no existe nunca la neutralidad ética.

La investigación con seres humanos, los trasplantes de órganos, la manipulación del código genético, la prolongación artificial de la vida y otras posibilidades de la técnica actual, han suscitado problemas éticos desconocidos hasta ahora. La necesidad de resolverlos de forma lúcida ha hecho que en nuestros días se abra un debate ético muy interesante. Sin embargo, siendo estos temas muy conocidos por su interés mediático, su presencia no deben menoscabar la relevancia de miles de actos médicos que a diario se realizan en cualquier hospital o centro de salud en los que el médico demuestra su pericia técnica junto a su buen hacer ético; muchas veces en condiciones laborales muy difíciles, por la gran presión asistencial y la falta de recursos que convierten el ejercicio medico en algo próximo a la heroicidad.

El reto prioritario de la ética médica debe ser humanizar la medicina, yo diría «repersonalizar la asistencia sanitaria», dejar muy claro que nuestros pacientes no son complejos mecanismos que no funcionan. Son seres humanos que exigen, una atención individualizada desde el respeto y la confianza. Para ello, es necesario superar definitivamente el viejo paternalismo por una relación amistosa de confianza, donde la autonomía del paciente esté salvaguardada, cuidando al máximo la información dada al enfermo para alcanzar su consentimiento responsable y veraz. La relación médico-paciente exige cuidar el trato educado y compasivo para con todos los pacientes, especialmente con los más débiles, los ancianos, las personas sin formación y frágiles por cualquier motivo.

Para todo ello necesitamos de forma permanente impulsar el compromiso ético en nuestros profesionales. La ética médica no es algo intuitivo, es algo que se aprende con la formación humanística y con el conocimiento y puesta en práctica del Código de Deontología Médica (CDM) publicado por la Organización Médica Colegial. La Deontología Médica representa el conjunto de normas éticas que nos hemos dado los propios médicos para comprometernos formalmente ante la sociedad a la que servimos. Su cumplimiento es obligatorio y su vigilancia corresponde a los Colegios Oficiales de Médicos. En su articulo 5 del CDM se dice «La profesión médica está al servicio del hombre y de la sociedad. En consecuencia, respetar la vida humana y la dignidad de la personas son los deberes primordiales del médico».

Estoy convencido de que la clave para prevenir la deshumanización asistencial se basa en la formación ética de los médicos. Es verdad que la formación en ética médica ha mejorado gracias al impulso permanente de nuestro Colegio Oficial de Médicos y de su Comisión de Deontología. Incluso en el Grado de Medicina se enseña a los alumnos de segundo curso, como asignatura troncal, la Ética Médica. Además desde el año pasado se ha puesto en marcha un título propio de la Universidad de Málaga de ‘Expertos en Ética para Sanitarios’, dirigido por la Cátedra de Ética Médica Hospital El Ángel de la que tengo el honor de ser su director académico.

En abril de 2017 celebraremos en Málaga, en la sede colegial, el IV Congreso Nacional de Deontología Médica bajo el lema ‘Nuevos retos del humanismo en la práctica médica’. El congreso estará presidido por el doctor. Juan José Sánchez Luque, presidente de Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Málaga.

Pero todo eso, aún siendo muy importante, resulta insuficiente ya que la ética médica debe ser una actitud que debe estar presente en todos los profesores de la facultad, en los médicos de los hospitales y en los profesionales de los Centros de Salud. Los alumnos y los médicos en general, aprenderemos del ejemplo de nuestros maestros observando el modo respetuoso y atento, con el que tratan a las personas y en especial a los pacientes. Por tanto la ética no es solo conocer las normas y preceptos es ser capaces de traducirlos en ‘conducta ética’. El reto de humanizar la medicina es apasionante tal como dice E. Pellegrino «La medicina es la más humana de las artes, la más artística de las ciencias y la más científica de las humanidades».

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