El principio de justicia en ética médica

Dr. Francisco Antonio Zambrana Martínez

Inicialmente quisiera agradecer a los profesores Fernández-Crehuet y Mora Mérida la gran sensibilidad que han mostrado a lo largo de todo el curso con los diferentes temas abordados, así como darles las gracias por la cercanía, entusiasmo, su trato afable, profesionalidad y disponibilidad que han tenido en todo momento con los alumnos. Así que espero sigan celebrándose muchas ediciones de este curso de Ética para Sanitarios para ayudarnos a ser críticos y resolver nuestros dilemas diarios.

Como tema para el TFE a principios de Marzo de 2020 elegí el “Principio de Justicia” que a raíz de la pandemia de COVID-19 vi cómo este Principio en manos de la autoridad sanitaria y de la Administración pública iba perdiendo toda su esencia, por lo que me centré en ello y muy especialmente en lo ocurrido en nuestro país con las personas mayores principalmente en las residencias.

El principal dilema Ético con el que nos encontramos en esta pandemia y en concreto en España ha sido la priorización de pacientes llevada a cabo por polémicos triajes como el de la SEMICYUC (Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias) donde se priorizaban a los pacientes en base a dos parámetros:

 La edad
 El valor social de la persona enferma (utilidad de la persona)

Igualmente se emitieron desde la Administración Pública correos a residencias y Médicos de Atención Primaria para que no se trasladasen a hospitales a pacientes mayores con infecciones respiratorias así como a personas con discapacidad y en caso de que estos pacientes estuvieran ya en hospitales tuviesen el acceso restringido a las Unidades de Cuidados Intensivos.

Este escenario ha hecho que sanitarios y familiares de enfermos por COVID-19 vivan momentos de estrés y de angustia no sólo por la dantesca situación que se estaba viviendo sino también por la falta de transparencia de la Administración con los datos de nuevos infectados y fallecidos de COVID-19. De la misma manera hubo por parte de la Administración un trato deshumano hacia los fallecidos y sus familiares al no poder despedirse de los mismos y afrontar el duelo de una manera natural.

Se ha podido constatar cómo el sistema sanitario ha colapsado, así como ha mostrado grandes limitaciones ante la falta de recursos, principalmente material básico

(mascarillas, batas, guantes, respiradores…), falta de personal y falta de infraestructuras (principalmente camas de UCI).

Al absorber la autoridad sanitaria el Principio de Justicia también se ha visto afectado el Principio de Autonomía al no poder decidir el paciente sobre lo que quiere.

Ante tal polémica pronto se escucha la voz del Comité de Bioética de España (ya a finales de Marzo de 2020) reivindicando que la edad no debe denegar o limitar la asistencia sanitaria así como que la discapacidad no es un motivo de descarte de asistencia sanitaria. Este Comité plantea que lo realmente decisivo es el pronóstico y el estado del paciente así como que los tratamientos aplicados sean efectivos y no impliquen riesgos innecesarios.

Esta crisis sanitaria a parte de crear una crisis social, ha creado también una crisis asistencial dando lugar a un gran debate ético cuyos resultados debieran ser útiles en un futuro ante posibles crisis y sirviesen para orientar a personal facultativo y autoridades.

Los dilemas éticos han surgido principalmente por la gravedad, urgencia, riesgo y masificación del Sistema de Salud ante los límites de los recursos del mismo, haciéndose visibles las carencias y deficiencias del sistema.

Ante este contexto se hace necesario el que surja un marco ético donde se puedan tomar las decisiones clínicas justas y necesarias en estas situaciones de estrés y gran carga emocional donde se debe de aplicar correctamente el Principio de Justicia entre todos los pacientes que requieran de una asistencia sanitaria de calidad y equitativa ante cualquier situación o escenario que nos toque vivir.

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